P R E S E N T A C I O N
Me toca presentar al Dr.
Carlos A. Disandro, que a Uds. no necesita ser presentado. No haré la habitual
retahíla de alabanzas, mas diré simplemente lo que él es. El Dr. Disandro es un
"humanista”.
HUMANISTA en el sentido
genuino de la palabra: no solamente en este sentido vulgar que ahora dan
algunos a esa palabra como sinónimo de "muy humano” o "humanitario”
aunque eso también es.
¿Qué es
"humanista"? Una persona que posee las letras humanas. ¿Qué son
letras humanas? Son la posesión reflexiva y perfecta del idioma propio y los
idiomas clásicos, con todo lo que ello implica, contiene y trae consigo; a
saber, la lingüística, la crítica textual, las críticas literaria y
filosófica, la retórica y poética, la estética, la psicología, y finalmente la
filosofía. Estas son las "ciencias humanas" que antiguamente (y hoy
también) constituían la base de la educación académica hasta el título de
"Maestro en Artes"; pues ellas son las "Artes Liberales", o
sea las Artes de los hombres libres, en contraposición a las "Artes
Serviles", que tienden a la utilidad inmediata.
Las lenguas clásicas
contienen en sí un mundo completo, el cual una vez que el joven ha poseído,
está maduro para el estudio sólido de la filosofía y todas las ciencias del
espíritu, cuyo objeto es el hombre y Dios, y las demás ciencias por
añadidura. Constituyen, pues, la
mejor introducción, quizás la única posible, para el estudio realmente
universitario. Las obras maestras de la antigüedad están repletas de
inteligencia en forma concreta, no solamente de emoción como las románticas, o
de sensación, como en los "modernos". Su estudio imparte al alumno
una lógica viva, una ética viva y una estética viva, acostumbrando a la mente a
la comprensión profunda y a la exactitud. En las naciones europeas no se
estudia la filosofía en el Bachillerato (Alemania, Inglaterra) o bien se
estudia (en el 7º año del Bachillerato) un esquema de sus bases y rudimentos
(Francia, Austria), pues otra cosa es embarullar la mente juvenil y hacerle
malconocer y odiar la filosofía para toda la vida —como sucede por desgracia
entre nosotros—. Y no sólo la filosofía sino todas las ciencias, aprendidas a
lo loro y sin fundamento real. Nuestros actuales "programas" parecerían
diseñados por un enemigo del país con el designio de atrofiar la mente juvenil;
y convertimos, por ende, en una nación sin pensamiento; o sea, no
independiente. No es aquí el lugar de extenderse sobre esta verdad (que por lo
demás es patente a todos los cuerdos) ni de dar pruebas della. El ataque
general que hoy día existe contra las Humanidades Clásicas como base educativa,
es simplemente parle del ataque general contra la tradición europea,
proveniente de la Revolución Mundial; o sea del ''izquierdismo”, cuya extrema
punta es el Comunismo. He leído por ahí que Rusia, después de haber suprimido
el Latín y el Griego de la educación común, los ha restaurado para su
''aristocracia"; o sea los jefes comunistas; sea por propia perspicacia,
sea por imitación de los países anglosajones.
Ya que dicen que los
argentinos somos grandes imitadores, podríamos imitar en lo bueno a las naciones que modernamente han llevado la batuta en el mundo. En una conferencia
dada en Oxford no hace muchos años el gran poeta norteamericano (inglés de
adopción) T. S. Elliot, anunció solemnemente que la literatura inglesa, tan
rica hoy día, iba a periclitar y perecer si se suprimían o retaceaban en las
escuelas las "Artes" liberales. A la vista está aquí: el estado
triste de nuestras letras y ciencias proviene directamente de esa supresión; y
es sólo una parte de nuestro general atraso, la parte más importante y más
visible.
Leonardo
Castellani.
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