miércoles, 25 de marzo de 2009

Documentos de la Segunda Guerra de la Independencia





Correspondencia Perón - Disandro



La Plata, 24 de julio de 1967.

Señor General

Don Juan Perón.

MADRID.

General:

No he querido molestar su atención, hasta ahora; sabiendo su copioso trabajo y su abundante correspondencia. He esperado a cumplir parte del ciclo de esclarecimiento que nos habíamos propuesto, y a recoger los frutos de sus directivas. (...) Ya tenía Ud., además, en sus manos la conferencia sobre Brasil y otros papeles. En cuanto a sus instrucciones y consejos en su carta del 8 de mayo pasado, cumplo en reiterarle que todo se hizo según estaba previsto.

En La Plata, en ocasión de una disertación mía sobre la Sinarquía, disertación organizada por la Rama Femenina, pudimos conversar largo y tendido con el mayor Alberte, y convinimos algunos aspectos en la labor de esclarecimiento, aspectos que ya están en marcha. Posteriormente el mayor Alberte, por intermedio del grupo juvenil de la Escuela, organizó en Buenos Aires, en el Sindicato de la Alimentación, la conferencia sobre Brasil, el día 21 de julio de 1967. Esta vez fue un éxito rotundo: aproveché para alertar sobre otros aspectos del plan sinárquico, ataqué sobre todo el flanco del gobierno, representado por Amadeo (dada su condición de embajador ante Brasil) y por Díaz Colodrero (por ser el ideólogo de la "integración'. Además sumé la última información desde la venida del general Lyra Tavares y después del apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo a los estudios sobre la Cuenca del Plata.

Creo que puedo dar por terminada esta primera etapa, que ha sido dura y trabajosa. He mantenido reuniones de esclarecimiento y conferencias, sobre los aspectos conversados en Madrid, en Córdoba, La Plata, Buenos Aires, Lanús, Temperley, Quilmes, etc. Le he propuesto al mayor Alberte que haga bajar a Buenos Aires a grupos más o menos diestros de gente que pudiera hacer de repetidores: yo les daría una vez al mes una suscinta preparación sobre uno de los temas candentes, y además les entregaría un epítome o resumen que pueda servirles de guía, o eventualmente que pueda ser reproducido y distribuido. Pero creo que para este asunto delicado, sería conveniente contar con la aprobación suya, e incluso con alguna sugerencia que disipe injustificadas celos. Quiero repetirte lo que Ud. ya sabe: no tengo ninguna ambición, como no sea servir al esclarecimiento patriótico y nacional.

Hay en las bases ‑tanto políticas como sindicales‑ un ansia de esclarecimiento; pero también un desconocimiento sobre el actual estado de algunas cuestiones fundamentales. Los enemigos, particularmente el gobierno y otros sectores, en especial vaticanistas, han coaligado sus esfuerzos para DERIVAR EL MOVIMIENTO HACIA OTRAS METAS, como Ud. verá, mi General, por el suscinto informe con que cierro esta carta:

Ahora nos pondremos a la tarea de publicar y distribuir la conferencia sobre Brasil, como hicimos con la de Toynbee, que ha tenido gran repercusión. Le he entregado además al mayor Alberte una copia del trabajo sobre la Sinarquía, para que proceda según crea conveniente a su difusión. Me ha prometido reproducirlo y distribuirlo. Por lo común en todas las reuniones la gente inquiere sobre esta cuestión, y muchas veces no hay tiempo de detenerse demasiado.

Todo esto ha sido, suscintamente, la labor de Abril‑Junio. Probablemente en Agosto viaje nuevamente al interior (por donde anduve en Mayo), si las condiciones amenazantes en que nos desenvolvemos lo permiten.

Pues la situación, mi General, ha tomado nuevas características y nuevos rumbos, previsibles para quien ha seguido la marcha de los acontecimientos, en particular dentro de las fuerzas VATICANISTAS, que han recibido una vez más la misión de DIVIDIR Y DERIVAR el Movimiento peronista. La ocasión se presta con motivo del tema de la "justicia social'. Sobre este asunto, yo escribí una breve nota para la compañera Elena Fernícola que creo Ud. habrá recibido.

Pero, en fin, la pieza maestra de esta nueva OPERACIÓN DERIVATIVA Y DESTRUCTIVA es Mons. J. Podestá, Obispo de Avellaneda. Veo por algunas revistas de presión y propaganda ‑incluso una que responde al mismo Podestá, llamada Imagen del País‑ que hay mucha gente del Movimiento entusiasmada con la figura del Obispo de Avellaneda, a quien sostienen, promueven y dan alas, seguramente porque ignoran las calidades de tal Monseñor. Pero yo ya lo denuncié en 1964, como aliado de las fuerzas sinárquicas, como Ud. podrá ver en mi trabajo Helenismo, Cristianismo, Judaísmo (respuesta a Mons. Podestá), y que le obligó a replegarse un tiempo. Es claro, en ese momento‑ sólo podía hacer el planteo doctrinal, rozando la cuestión política. Ha llegado el momento tal vez de esclarecer la SIGNIFICACIÓN POLÍTICA de Podesta, pues sería para mí el mejor agente vaticanista, que opera en connivencia con la sinarquía de Onganía.

Tengo entendido que, en fecha próxima, después de una visita a Paulo VI, el tal Monseñor se entrevistará con Ud. en Madrid y recabará su apoyo. Incluso se planea un gran acto en el Luna Park, después de ese viaje, acto que pesaría sobre las espaldas del peronismo. He guardado silencio sobre estas cuestiones, y prefiero informarle directamente y primero a Ud., pues la situación se hace delicada. En todo caso, esta carta puede servirle de panorama suscinto.

En efecto, lo que llamo operación vaticanista está orquestada del siguiente modo:

A) Todas las fuerzas clericales se presentan AHORA, después de la Populorum Progressio como enemigas y opositoras del gobierno, creado y sostenido por esas fuerzas;

B) El enfrentamiento toma como PUNTO DE APOYO la desastrosa conducción económico‑social del gobierno (y prepara, demás está decirlo, la continuidad sinárquica, como desde Lonardi). A su vez toma como PALANCA la Populorum Progressio. Una vasta campaña, organizada y orquestada sobre la encíclica, ha preparado el clima dé agitación (dirigido por algunos sectores del gobierno, como lo prueba el hecho de su difusión en los cuarteles, Escuela de Guerra, comandos, gobiernos provinciales, etc..; y por algunos obispos, los que quieren acelerar su "utilización" política);

C) Pero en el enfrentamiento aparece UNA DIVISIÓN DIALÉCTICA O TÁCTICA, impuesta por el mismo gobierno:

1) por un lado, los obispos y clérigos que hacen un planteo marxistoide, bolchevique, como por ej. Mons. A. Quarracino (de Nueve de Julio), Milán Viscovich (que tiene importantes nexos sindicales en Córdoba, y que nosotros atacamos en PATRIA SI, n° 2, en 1964), el padre Mayol (del grupo bolche TIERRA NUEVA, y que tiene entrada en la CGT), etc... Coaliga esta tendencia varios grupos "izquierdistas" (laicos y clericales, como por ej.: el de Tierra Nueva, "Cristianismo y Revolución", grupo Camilo Torres, etc.). Aquí se pretende captar la voluntad de vastos sectores civiles, incluidos justicialistas, que se inclinan por transformaciones violentas (tipo Yugoslavia, como propugna Viscovich).

2) por otro lado, obispos y clérigos, que hacen el cuento de la justicia social sin violencia, y que pretenden aglutinar la masa peronista y la conducción local, haciendo un remedo interno de "Tercera Posición": no estarían con el gobierno (capitalista), ni con los grupos revolucionarios violentos (comunismo), sino con el PUEBLO: Pero CALLAN ASTUTAMENTE los más graves problemas políticos (sobre todo los internacionales), callan la entrega y la venta del país, etc. El gobierno manejado por las mismas fuerzas clérico‑sinárquicas, obra de tal manera que permite el avance de la división táctica: a los primeros el gobierno los persigue; a los segundos les permite actuar (mientras no desborden los límites impuestos), dando la impresión de dar una válvula al peronismo. Onganía actúa con Podestá, como el siniestro Aramburu actuó con Frondizi. NO LE QUEPA DUDA, mi General, QUE PODESTA ES AGENTE DE LA POLÍTICA VATICANISTA, es decir, representa lo que yo llamo el JUDEO‑CRISTIANISMO.

D) Un tercer grupo clerical (minoritario), entre los que podemos mencionar al R.P. Julio Meinvielle, presenta a su vez la versión "nacionalista", diríamos, destinada a la juventud civil y militar, pero absolutamente inaceptable para los grupos verdaderamente esclarecidos, porque de esa versión han salido Amadeo y otros; son los que apoyaron a Frondizi en su entrega, traicionaron la voluntad peronista, y no enfrentaron al ruin de Gubbio. Este equipo "clerical‑nacionalista" está encargado de TAPONAR Y DESPRESTIGIAR la única salida nacional.

En otras palabras, la oposición clerical al gobierno se presenta dividida en tres alas: a) la cristiano‑marxista, cuya cabeza doctrinal es el clérigo Milán Viscovich; b) la judeo‑cristiana, cuyo hombre clave es Mons. Podestá (que es en realidad agente del gobierno); c) la "nacionalista", cuyo mentor es Julio Meinvielle. Por encima de esas tres alas, insertadas en UN SOLO EJE VATICANISTA, un solo impulso maneja todo: la manija de ese EJE PODEROSO (con multitud de organizaciones, que es inútil mencionar aquí) está en definitiva en manos de la Jesuit Company (que interviene como sabemos en poderosos ‑trusts, y que prepara en las Universidades católicas los estamentos medios de la tecnocracia política: lo prueba la actual composición del gobierno). Además la influencia de la Jesuit Company es poderosa en algunos medios sindicales.

Sobre este panorama general, hay que trazar la ruta, de Mons. Podestá desde el año pasado, cuando ya era visible el fracaso de estos personeros sinárquicos. La SINARQUIA JUDEO‑CRISTIANA comienza entonces a preparar la sustitución y DERIVACIÓN DEL PERONISMO. A riesgo de alargar demasiado esta exposición, le hago un resumen sustancial del "dossier" Podestá:

1) La cosa comienza en agosto de 1966. Mons. Podestá desmiente informaciones del periódico MARCHA de Montevideo, según las cuales habría atacado al gobierno. No puede todavía aparecer enfrentándolo. Además se sigue planeando por entonces la división táctica del clericalismo (como lo demostró después él cambio de ministros);

2) Inmediatamente comienzan las conferencias; la primera de ellas realizada en el Instituto para el desarrollo de Ejecutivos en la Argentina, organismo de presión yankee‑judeo‑cristiana, y al que no sería ajena la familia Alsogaray. La conferencia citada, del 28‑IX‑66, había sido precedida por otra dictada en el Colegio Marista de Belgrano sobre las orientaciones actuales de la Iglesia. Como Ud. puede observar no tiene nada de POPULAR este comienzo. Se busca el aval de los empresarios yankees, y calmar a los burgueses argentinos.

3) Sigue en noviembre de 1966, una Pastoral que, como Obispo de Avellaneda, dirige a su diócesis. Se realiza un acto religioso en la catedral, ampliamente publicitado por el diario Clarín; es decir, nos encontramos con la promoción frondicíaca;

4) Sigue una pausa en la cual aparece la Populorum Progressio. El Obispo Podestá vuelve a la carga. La primera conferencia es en CISA (organismo que pasa por ser presuntamente peronista). Es presentado por el doctor Matera, vicepresidente 1° de la entidad patrocinante. Pero ya está abierto el camino hacia el contacto con el peronismo (o algo que lo remede, más bien). La Razón, 26‑VI‑67.

5) Sigue luego una conferencia en la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACRE), en un banquete al que asistieron el Secretario de Trabajo Rubens San Sebastián, el ing. Llorente (del Banco de la Nación), y otras personalidades empresarias, vinculadas al gobierno, y otros funcionarios.

Por el punto (4) Podestá enlaza (o cree enlazar) el peronismo. Pues Matera no entiende, por supuesto, nada de esto; por el punto (5) enlaza sectores empresarios sinárquico‑eclesiásticos (ACRE), vinculados a la Jesuit Company (Clarín, 7‑VII‑67), La Razón, y sobre todo La Nación, que es el gran diario promotor del Obispo (7‑VII‑67).

6) Sigue luego la conferencia en la Sociedad Hebraica Argentina (que incluye desde luego importantes sectores muy dinamizados por la guerra de Oriente). Tengo los testimonios completos de esta conferencia, incluso de alguna persona de confianza que asistió a pedido mío: el Obispo hizo el elogio del JUDEOCRISTIANISMO. Fue sin ambages pues en estos momentos su campaña necesita el apoyo de estas organizaciones.

7) Se traslada a Neuquén ‑observe, mi General, el detalle‑ invitado por el Sindicato Unido Petroleros del Estado, para disertar sobre la encíclica. Estuvo presente el gobernador de la provincia (Rosauer), sus ministros, militares de la guarnición, el coronel Andino, otros funcionarios. En una palabra, FUE UN ACTO OFICIALISTA. Fue el acto del contubernio PERFECTO, que demuestra QUE ES PODESTA (Clarín, 14‑VII‑67).

8) Finalmente, la revista Imagen del País lanza la propaganda de la promoción justicialista al Obispo de Avellaneda, y al mismo tiempo prepara el primer acto masivo para el día 28 de julio, en el salón de Bomberos Voluntarios de la Boca. Pero lo hace con slogan clerical, y las espaldas sufridas del peronismo. Estay terminando este informe el día 26 de julio, y veo en la última información, que mientras el Obispo ha entrevistado a Onganía, para presentarle a un uomo qualunque, los peronistas son apaleados y detenidos, precisamente por hallarse en un sindicato uno de esos carteles de propaganda (que tengo también aquí, ante mi vista.

Mi General: he debido ser un poco prolijo. Creo que este panorama puede ser útil. De todos modos, yo espero su respuesta para actuar sobre este particular y alertar a tos que conducen. No quiero generar divisiones. Pienso que si Ud. coincide conmigo en los aspectos sustanciales, yo podría programar una conferencia con el título Lo político y lo social en la justicia social, donde me referiría, sin dar todos los detalles, al problema en cuestión. Sería una primera avanzada del asunto. Podría hacerla a través del grupo Hostería Volante (pues nosotros venimos estudiando y denunciando estos aspectos desde 1958). De esta manera no se comprometería la situación de la conducción local. Pero necesito apoyo en cuanto al local y demás, y sobre todo saber que se obra según la apreciación fundamental suya.

Creo también que podría ser interesante, si Ud. lo juzga conducente y si está de acuerdo con el tenor de este informe, que se comunicara lo sustancial desde Madrid, para evitar, repito, suspicacias y celos infundados. Acompaño un breve apéndice con recortes significativos, a fin de que tenga Ud. , un suscinto panorama. He sido demasiado extenso, pero el tema lo exigía. Una vez más es grato enviarle un cordial y afectuoso saludo.

Dr. Carlos A. Disandro.




La respuesta del General Perón

Madrid, 25 de agosto de 1967

Señor Dr. D. Carlos A. Disandro.

LA PLATA

Mi querido amigo:

He leído su magnífica carta del 24 de julio que recién hoy me llega porque el correo establecido parece que anda un poco lerdo. Me han llegado todos paquetes juntos por lo que deduzco que han estado detenidos allí durante un largo tiempo. Esta carta se la envío por intermedio del Mayor Bernardo Alberte, Secretario General del Movimiento y va a la mano. El le informará además al respecto de la famosa Junta de la Populorum Progresio y sus andadas. Como seguramente Alberte no tendrá una información completa al respecto, le he pedido que hable con Usted a fin de ponerse en onda si no lo está.

Desde su excelente información y su juiciosa apreciación, con las cuales concuerdo en absoluto, se llega a penetrar este problema en su verdadera dimensión pero, por lo pronto, todo coincide con los métodos que a menudo suele emplear esta clase de gente. Convendrá entonces que todos nos pongamos en la tarea de hacer conocer esta realidad a los compañeros del Comando Táctico a fin de neutralizar toda maniobra vaticanista y evitar nuevos divisionismos que pueden ser aun más peligrosos que los que ya hemos impedido.

Me he permitido, por eso, hacer llegar al compañero Alberte su informe. El podrá utilizarlo allí mucho mejor que yo, ya que lo considero de un gran valor para nuestro futuro proceder hacía los sectores que de una manera directa o indirecta están sirviendo intereses insidiosos en perjuicio de la cohesión de nuestro Movimiento.

He leído ya casi todas sus conferencias y publicaciones que tienen un contenido excelente y esclarecedor, entre ellas la Conferencia sobre la Sinarquía y la sobre Brasil, como asimismo las anteriores y posteriores publicaciones. El método seguido e formar repetidores es de lo más efectivo, como que en esta clase de acciones si se necesita un hombre de acción son necesarios miles de predicadores que se distribuyan por todo el país; hay que pensar que nada es tan efectivo en la difusión como el elemento humano cuando es apropiadamente elegido y preparado. Su acción en este sentido tiene un valor extraordinario y le pido que siga en su tarea: decía Eva Perón que "de maíz en maíz, un loro se comió un maizal". La perseverancia suele ser la mejor compañera de la inteligencia.

Terminada la primera etapa que, como Usted, creo ya realizada aunque haya sido dura y trabajosa, creo que debe seguir con la segunda que le permita impartir la misma enseñanza a compañeros capacitados que se reúnan allí para escucharlo, para llevar su interesante palabra al interior porque estoy seguro que allí pronto empezarán también a llegar los de la maléfica combinación vaticanista. A ese respecto escribo también al Mayor Alberte. El candidato de la maniobra de dividir y derivar no me ha visitado, sé que viajó a Roma, pero su anunciada visita no se ha producido, de lo que me alegro infinitamente por muchas causas. En caso que esa visita se realizara, yo ya estoy y soy uno de los por Usted esclarecidos y sabré a qué atenerme al respecto. Yo hago como ellos: simular, que es la única arma frente a los simuladores. Todo depende de no dar apoyo de ninguna clase a esta alimaña, ni allí ni aquí.

Me habían pedido un mensaje sobre el Justicialismo y la Populorum Progressio que no he querido hacer todavía para evitar que se pudiera aprovechar como apoyo de esta gente que tan bien ha desenmascarado Usted a través de una investigación excelente que pone en evidencia a través de tos distintos hechos toda la maraña de insidiosas intenciones y acciones. Por eso, le envío al Mayor Alberte su carta que considero de un valor decisivo para una apreciación que nadie puede hacer apropiadamente si no está informado con el detalle y la penetración con que Usted ha logrado hacerlo. Indudablemente esta información es mucho más importante allí que en Madrid. A mí me basta estar en claro, como quedo después de su informe, para evitar que pudieran sorprenderme, dado que esta gente procede con la mayor insidia y los métodos jesuitas.

Ya hemos hablado con Remorino y con Alberte con respecto a esta cuestión pero en ese momento no tenía yo el detalle informativo que Usted ha tenido la amabilidad de hacerme llegar, de modo que, aunque no me gustaban ni tos hombres ni el rumbo, ya establecimos que debíamos tener sumo cuidado con el movimiento que se insinuaba en esta dirección. Estoy seguro que si ellos conocen lo que Usted informa, todo se podrá realizar, neutralizando el grave peligro de servir, por desconocimiento, los designios indudablemente insidiosos puestos en marcha con la apariencia de peronismo, cuando los móviles son otros muy distintos.

No debe Usted tener preocupación alguna por los celos que pudieran provocarse porque tanto Alberte como Remorino son hombres que están muy enema de esas cosas y proceden con la mayor grandeza. Yo les conozco a fondo y sé bien que en su espíritu no se despertaran jamás sentimientos pequeños o que no sean los que lealmente sirven para la relación entre los caballeros. Si ellos tienen algo que decirle, son de los que dicen las cosas abiertamente, nunca en otra forma. Que otros dirigentes llegaran a pensar otra cosa, no tiene ninguna importancia, frente a la importancia decisiva que este asunto puede tener. Sin perjuicio, junto con esta carta, escribo a Alberte, quien enterará también a Remorino.

Muchas gracias por todo. No deje de escribirme porque yo necesito la información valiosa de este carácter más que la que me llega todos los días sobre asuntos de detalle, muchas veces intrascendente. Yo que veo como se las manejan aquí los agentes del mismo carácter que los que me cita en su informe, puedo comprender mejor la extraordinaria verdad que encierran sus palabras. No olvide que me encuentro precisamente en un medio donde estas sibilinas combinaciones se producen lados los días, se desarrollan durante largo tiempo y terminan por neutralizarse entre ellas por el exceso de sus propias acciones.

Le ruego que salude a los demás compañeros. Un gran abrazo.

Juan Domingo Perón




Otra carta del General Perón al Profesor Disandro

Juan Perón

Madrid, 30 de agosto de 1966

Señor Dr. D. Carlos A. Disandro.

LA PLATA

Mi querido compañero:

He recibido su carta del 2 de agosto pasado que contesto pidiéndole en primer término disculpas por mi tardanza en hacerlo debido a que me llegó ya con retardo la suya y coincidió con un corto viaje que hiciera yo por el norte de España escapando al calor de Madrid en agosto.

He estudiado detenidamente su trabajo sobre los últimos acontecimientos en la Argentina, intitulado "LA ESTRATEGIA DE UN PODER SINÁRQUICO" y lo encuentro excelente desde todos los puntos de vista en que lo he analizado. Hace ya mucho tiempo yo vengo también propalando hacia todos los rumbos, la existencia de una confabulación de todas las fuerzas internacionales que vienen actuando negativamente para los móviles que perseguimos y que persigue el mundo que pretende liberarse. En efecto, ya publiqué un trabajo que Usted debe conocer sobre la situación argentina en el que me ocupo especialmente del "Tercer Mundo", consecuencia de la "Tercera Posición" anunciada por nosotros hace ya más de veinte años. En ese trabajo menciono a tales fuerzas que, aparentemente contrapuestas, trabajan de consuno con móviles de dominio por las "Grandes Internacionales" que vienen trabajando desde hace más de treinta años.

Tales fuerzas son para mí: el marxismo y el capitalismo que, en apariencia se disputan el predominio, pero en la realidad marchan estrechamente unidas y con designios comunes. Basta para ello verlos en 1938 cuando terceros en discordia (Alemania e Italia) aparecen en el mundo opuestos a tales designios y cómo en 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial, en la famosa Conferencia de Yalta, se reparten el mundo para su explotación y dominio. No es menos aleccionador que a estas dos Grandes Internacionales de entonces, aparezcan unidas el sionismo, la masonería y partes de la Iglesia Católica. En el caso nuestro de 1955, no ha sido menos elocuente la unión de estas cinco internacionales contra el Justicialismo, como fuerzas ocultas de la revolución.

Su excelente trabajo, profundiza el análisis y penetra profundamente en el problema argentino, sometido a la estrategia de un poder sinárquico, que conectado con las "Grandes Internacionales" se ha venido extendiendo desde 1955 y que, en la actualidad, demuestra que esta dictadura militar no es nada nuevo ni original como algunos pretenden, sino la continuidad gorila del golpe de estado de 1955 quizá con otras formas, pero con idénticos objetivos y designios. Como todo esto me ha resultado muy interesante, le he pedido a Jorge Antonio que le haga llegar la invitación para viajar a Madrid porque de esta manera podríamos conversar y acordar trabajos en común con el Comando Superior Peronista y la Junta Coordinadora Nacional, muy beneficiosos para el Movimiento.

Esperando tener el placer de charlar en Madrid, no deseo alargar esta carta que le remito por intermedio del Doctor Michelini para más seguridad o por si cuando ella llega Usted está ya en viaje.

Un gran abrazo

Juan Domingo Perón



(Publicado en La Hostería Volante Nº 40 de febrero de 1994 y 44-45 de octubre de 1995)

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